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sábado, 31 de diciembre de 2011

SIENA

Palio dell'Assunta 2011


DUCCIO DI BUONINSEGNA

“El arte de Duccio di Buoninsegna puede ser calificado de lírico: sus figuras se ven agitadas por emociones que las unen en una comunión de sentimiento casi musical. El arte de Giotto di Bondone puede ser calificado de épico o dramático: sus figuras aparecen como individuos que reaccionan entre si individualmente; ni siquiera en escenas de dramatis personae comparativamente numerosas intenta jamás representar a una multitud”.

Duccio, todavía bizantinista, se basa en el poder de líneas y superficies; pero precisamente por este motivo cuida de colocar las formas delimitadas por esas líneas y superficies en un medio ambiente que las invista de una apariencia de corporeidad”


Giotto, florentino formado en Roma, se basa en el poder del volumen, o lo que es lo mismo, no concibe la tridimensionalidad como cualidad inherente a un medio ambiente e impartida por él a los objetos individuales, sino como cualidad inherente a los objetos individuales en sí. Giotto, por tanto, tiende a conquistar la tercera dimensión por manipulación del contenido plástico de espacio más que del espacio mismo”.

“Ambos intentan de maneras distintas solucionar el mismo problema: crear el “espacio pictórico”. Y ese problema era tan nuevo (o mejor dicho, había estado tan ausente del panorama europeo occidental durante tantos siglos) que los que por primera vez lo volvieron a suscitar merecen todavía el nombre de “padres de la pintura moderna””.

“Se puede definir un espacio pictórico como un ámbito aparentemente tridimensional, compuesto de cuerpos (o pseudocuerpos, como las nubes) e intersticios, que parece extenderse indefinidamente, aunque no siempre infinitamente, por detrás de la superficie pintada, objetivamente bidimensional; lo cual quiere decir que esta superficie pintada ha perdido esa materialidad que poseía en el arte medieval. Ha dejado de ser una superficie de trabajo opaca e impenetrable (dada generalmente por una pared) y se ha convertido en una ventana a través de la cual nos asomamos a una sección del mundo visible. (…) Comparar de este modo una pintura a una ventana es atribuir, o exigir al artista una captación visual directa de la realidad; el pintor debe operar, pues, a partir de la imagen óptica de su ojo.”

Gracias a Duccio y a Giotto “asistimos al nacimiento del espacio moderno”. Pese a sus deficiencias técnicas, las obras de ambos nos presentan un espacio que ya no es discontinuo y finito, sino (al menos en potencia) continuo e infinito (…) Sólo después de que Duccio y Giotto hubieran impartido a la superficie pictórica la cualidad de transparencia además de la de plenitud fue posible concebir la idea de interponer este plano transparente entre el objeto y el ojo, y construir así la imagen perspectiva como intersegazione della pirámide visiva, es decir, como proyección central”.

Erwin Panofsky 
Renacimiento y renacimientos en el arte occidental



         



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